JACARANDÁ
¡Hoy duerme abajo del jacarandá! ¡Hoy lo juro por lo que más quiera que ese hijo de puta duerme abajo del jacarandá! ¿Cómo me va dejar el revoque así? ¡Mirá cómo me dejó la pared! ¡Malagradecido de mierda! Son todos iguales, mirá. Caen cagados de hambre en la caja de una camioneta, con la cabeza tapada de piojos, sin saber lo que es un puto cepillo de dientes ¡Y mirá cómo te pagan! Afanándote las bolsas de porlan cuando te tirás a dormir una siesta: ¡así te pagan! Manoteándote del cordel la tanga de tu mujer. Y después los ves clavarse unas pajas a la sombra de los andamios ¡Tirados abajo de la mezcladora del pedo que se agarran al mediodía! Porque estos hijos de puta chupan hasta acalambrarse mientras le dan a la faldita parrillera. Y después, lógico, no pueden sostener ni un fratacho. ¡Para qué mierda le conseguí la carpa, digo yo! ¡Lo tendría que haber dejado a la intemperie a ese indio! Mirá lo que es el patio de la obra, la puta que lo parió. ¡Me lo llenó de pendejos! Porque a la semana que lo puse a picar paredes ¡el desgraciado se trajo a toda la prole de Asunción! Y no digo uno o dos: ¡siete pendejos me metió acá adentro! Y encima también se trajo a la gorda tartamuda esa, que lo único que hace es gastar detergente y romper los platos que le doy para que lave. ¡Diez platos rompió la mogólica en un día! ¡No pero de hoy no pasa! Decí que mi mujer es otra boluda que no valora un carajo. Se cree que la guita la cago. Un día ¡Juro por Dios que un día! la voy a poner a ella a mirarle la concha a todas las catingas del conurbano que caen en mi consultorio. A ver qué mierda hace y la cara que pone cuando se le aparezcan diez pendejas con la placenta colgando de la argolla porque abortaron para la mierda. ¡La quiero ver ahí! Esa yegua va a entender lo que es ver a indios como este llevándose ladrillos a escondidas para hacerse su puto rancho. Lo lindo que es ver a este hijo de puta mamado y amasándose la verga por abajo del vaquero blanco de cal porque tu hija ¡sí, tu hija! salió en pelotas al patio a buscar un toallón. ¡Pero hoy lo curo a ese desgraciado! Hoy le voy a sacar la ganas de no laburar un domingo porque la noche anterior se la pasó culeando con la gorda. ¡Y encima culeando adelante de los pibes! Porque estos negros son así: se calientan cojiendo con los pibes mirando. Mirá, es como si los estuviera viendo… ¡Pervertidos de mierda! ¡Ignorantes! Seguro que hasta manotean a algún pendejo y lo ponen a chuparle las tetas a la gorda mientras el padre se la mete. ¡Viven calientes estos indios de mierda! Pero claro… después se encuentran con un pelotudo como yo, que les arranca los pibes del útero por un revoque, y así van tirando. Así viven. ¡Y encima el revoque te lo dejan para la mierda! ¡Ah no! ¡Pero de hoy no pasa este hijo de puta! ¡Hoy duerme abajo del jacarandá! ¡Él, la gorda y los pendejos! ¡¿Que mierda me calienta si me vuelven a mear las plantas?! ¡Hoy duerme abajo del jacarandá ese hijo de puta!
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