Creada en la Ciudad de General Alvear, Provincia de Mendoza, en el año 1935.

martes, 27 de mayo de 2014

OLIVERIO GIRONDO (Buenos Aires 1891-1957)

SIESTA

Un zumbido de moscas anestesia la aldea. 
El sol unta con fósforo el frente de las casas, 
y en el cauce reseco de las calles que sueñan 
deambula un blanco espectro vestido de caballo. 

Penden de los balcones racimos de glicinas 
que agravan el aliento sepulcral de los patios 
al insinuar la duda de que acaso estén muertos 
los hombres y los niños que duermen en el suelo. 

La bondad soñolienta que trasudan las cosas 
se expresa en las pupilas de un burro que trabaja 
y en las ubres de madre de las cabras que pasan 
con un son de cencerros que, al diluirse en la tarde, 
no se sabe si aún suena o ya es sólo un recuerdo 
¡Es tan real el paisaje que parece fingido! 
 
¿DÓNDE?

¿Me extravié en la fiebre?
¿Detrás de las sonrisas?
¿Entre los alfileres?
¿En la duda?
¿En el rezo?
¿En medio de la herrumbre?
¿Asombrado a la angustia,
al engaño,
a lo verde?

No estaba junto al llanto,
junto a lo despiadado,
por encima del asco,
adherido a la ausencia,
mezclado a la ceniza,
al horror,
al delirio.

No estaba con mi sombra,
no estaba con mis gestos,
más allá de las normas,
más allá del misterio,
en el fondo del sueño,
del eco,
del olvido.

No estaba.
¡Estoy seguro!
No estaba.
Me he perdido.

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