Creada en la Ciudad de General Alvear, Provincia de Mendoza, en el año 1935.

lunes, 28 de mayo de 2012

Para Compartir: POESÍA DE LA PROVINCIA DE CHACO

 

EDUARDO FRACCHIA

 

ANTIPOESÍA NÚMERO 10

Los encuentros son tan difíciles

como

las despedidas.


Los

encuentros y las despedidas

son

un comienzo.

 

ANTIPOESÍA NÚMERO 11

Suele ocurrir

a veces

el mundo se nos cae

entonces,

desesperados, lo inventamos de nuevo.

jueves, 24 de mayo de 2012

UN SALUDO ESPECIAL EN UN NUEVO ANIVERSARIO DE LA PATRIA


“Mi Patria para vivir;

mi Patria para cantar;

mi Patria para sembrar;

mi Patria para morir.”

 

ALFREDO BUFANO - (Copla XXXIII. 2da. Parte) - De “CHARANGO” (1946)

sábado, 19 de mayo de 2012

TALLER DE DIBUJO Y PINTURA


PARA NIÑOS Y JÓVENES
Dictado por la Prof. Beatriz Jaure
Todos los Miércoles de 18.30 a 20.00 hs, en en Biblioteca Sarmiento.
 

PARA COMPARTIR: RAFAEL DE LEÓN

 
Pena y Alegría del Amor
 
Mira cómo se me pone
la piel, cuando te recuerdo...
Por la garganta me sube
un río de sangre fresco,
de la herida que atraviesa,
de parte a parte mi cuerpo.
Tengo clavos en las manos,
y cuchillos en los dedos,
y en mi sien, una corona
hecha de alfileres negros.
Mira cómo se me pone
la piel ca vez que me acuerdo
que soy un hombre casao
¡y sin embargo, te quiero!
Entre tu casa y mi casa
hay un muro de silencio;
de ortigas y de chumberas,
de cal de arenas y de viento,
de madreselvas oscuras
y de vidrios en acecho.
Un muro para que nunca
lo pueda saltar el pueblo,
que anda rondando la llave
que guarda nuestro secreto.
Y yo bien sé que me quieres,
y tú sabes que te quiero,
y lo sabemos los dos,
y nadie puede saberlo...
¡Ay, pena, penita, pena
de nuestro amor en silencio!
¡Ay, qué alegría, alegría
quererte como te quiero!
Cuando por la noche a solas,
me quedo con tu recuerdo,
derribaría la pared
que separa nuestro sueño.
Rompería con mis manos
de tu cancela los hierros
con tal de verme a tu vera,
tormento de mis tormentos,
y te estaría besando
hasta quitarte el aliento.
Y luego... ¡qué se me da
quedarme en tus brazos, muerto!...
¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!
Nuestro amor es agonía,
luto, angustia, llanto, miedo,
muerte, pena, sangre, vida,
luna, rosa, sol y viento.
Es morirse a cada paso
y seguir viviendo, luego,
con una espada de punta
siempre pendiente del techo.
Salgo de mi casa al campo
sólo con tu pensamiento,
por acariciar a solas
la tela de aquel pañuelo
que se te cayó un domingo
cuando venías del pueblo,
y que no te he dicho nunca,
mi vida, que yo lo tengo;
y lo estrujo entre mis manos
lo mismo que un limón nuevo,
y miro tus iniciales,
y las repito en silencio
para que ni el campo sepa
lo que yo te estoy queriendo...
Ayer, en la Plaza Nueva,
- vida, no vuelvas a hacerlo-
te vi besar a mi niño,
a mi niño, el más pequeño,
y cómo lo besarías,
¡ay, Virgen de los Remedios!
que fue la primera vez
que a mí distes un beso.
Llegué corriendo a mi casa
alcé mi niño del suelo
y, sin que nadie me viera,
como un ladrón en acecho,
en su cara de amapola
mordió mi boca tu beso,
¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!
Mira: pase lo que pase,
aunque se hunda el firmamento,
aunque tu nombre y el mío
lo pisoteen por el suelo,
y aunque la tierra se abra,
aun cuando lo sepa el pueblo
y pongan nuestra bandera
de amor a los cuatro vientos,
¡sígueme queriendo así
tormento de mis tormentos!
¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!

viernes, 18 de mayo de 2012

Difusión cultural


RECITAL LÍRICO-CORAL EN GENERAL ALVEAR
 
Este viernes 18 de mayo se celebra el día internacional de los museos y Alvear no estará exento a festejar. Es por eso que desde la dirección de Cultura de la comuna local se ha programado un interesante Concierto Lírico-Coral, que se brindara el sábado a las 21 hs en Casa de la Cultura.
 
El evento tendrá entrada Libre y gratuita y continuará en la Misa del día domingo 20 del corriente, donde, al servicio de la misma, se estará brindando en Concierto la K319- Missa de la Coronación, de Wolfgang Amadeus Mozart. Será a partir de las 20hs en Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús.

jueves, 17 de mayo de 2012

PARA COMPARTIR: POESÍA DE BRASIL


CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
(1902-1987)
Traducción de Felipe Martínez Pinzón-Elizaberth Zaita.
 
Carrego comigo
Carrego comigo
há dezenas de anos
há centenas de anos
o pequeno embrulho.

Serão duas cartas?
será uma flor?
será um retrato?
um lenço talvez?

Já não me recordo
onde o encontrei.
Se foi um presente
ou se foi furtado.

Se os anjos desceram
trazendo-o nas mãos,
se boiava no rio,
se pairava no ar.

Não ouso entreabri-lo.
Que coisa contém,
ou se algo contém,
nunca saberei.

Como poderia
tentar esse gesto?
O embrulho é tão frio
e também tão quente.

Ele arde nas mãos,
é doce ao meu tato,
Pronto me fascina
e me deixa triste.

Guardar em segredo
em si e consigo,
não querer sabê-lo
ou querer demais.

Guardar um segredo
de seus próprios olhos,
por baixo do sono,
atrás da lembrança.

A boca experiente
saúda os amigos.
Mão aperta mão,
peito se dilata.

Vem do mar o apelo,
vêm das coisas gritos.
O mundo chama!
Carlos! Não respondes?

Quero responder.
A rua infinita
vai além do mar.
Quero caminhar.

Mas o embrulho pesa.
Vem a tentação
de jogá-lo ao fundo
da primeira vala.

Ou talvez queimá-lo:
cinzas se dispersam
e não fica sombra
sequer, nem remorso.

Ai, fardo sutil
que antes me carregas
do que és carregado,
para onde me levas?

Por que não me dizes
a palavra dura
oculta em teu seio,
carga intolerável?

Seguir-te submisso
por tanto caminho
sem saber de ti
senão que te sigo.

Se agora te abrisses
e te revelasses
mesmo em formas de erro,
que alívio seria!

Mas ficas fechado.
Carrego-te à noite
se vou para o baile,
De manhã te levo

Para a escura fábrica
De negro subúrbio.
És, de fato, amigo
Secreto e evidente.

Perder-te seria
perder-me a mim próprio.
Sou um homem livre
mas levo uma coisa.

Não sei o que seja.
Eu não a escolhi.
Jamais a fitei.
Mas levo uma coisa.

Não estou vazio
não estou sozinho,
pois anda comigo
algo indescritível.
Cargo conmigo
Cargo conmigo
hace decenas de años
hace cientos de años
el pequeño embrollo.

¿Serán dos cartas?
¿será una flor?
¿será un retrato?
¿un pañuelo tal vez?

Ya no me acuerdo
donde lo encontré.
Si fue un regalo
o si fue robado.

Si los ángeles descendieron
trayéndolo en las manos,
si flotaba en el río,
si planeaba en el aire.

No me atrevo a abrirlo.
Qué cosa contiene
o si algo contiene
nunca lo sabré.

¿Cómo podría
intentar ese ademán?
El embrollo es tan frío
y también tan caliente.

Arde en las manos,
es dulce a mi tacto.
Pronto me fascina
y me deja triste.

Guardar en secreto
en sí y consigo,
no querer saberlo
o querer demasiado.

Guardar un secreto
de sus propios ojos,
por debajo del sueño,
detrás del recuerdo.

La boca experimentada
saluda a los amigos.
Mano aprieta mano,
pecho se dilata.

Viene del mar el reclamo,
vienen de las cosas gritos.
El mundo te grita:
¡Carlos! ¿No respondes?

Quiero responder.
La ruta infinita
va más allá del mar.
Quiero caminar.

Mas el embrollo pesa.
Viene la tentación
de arrojarlo al fondo
de la primera zanja.

O tal vez quemarlo:
cenizas se dispersan
y no queda sombra
siquiera, ni culpa.

Ay, fardo sutil
antes que cargarte
fui por ti cargado,
¿para dónde me llevas?

¿Por qué no me dices
la palabra dura
oculta en tu seno,
carga intolerable?

Seguirte sumiso
por tantos caminos
sin saber de ti
sino que te sigo.

Si ahora te abrieses
y te revelases
aún en formas de error,
¡qué alivio sería!

Mas permaneces cerrado.
Te cargo de noche
si voy para el baile.
De mañana te llevo

para la oscura fábrica
del negro suburbio.
Eres, de hecho, amigo
secreto y evidente.

Perderte sería
perderme a mí mismo.
Soy un hombre libre
pero llevo una cosa.

No sé lo que sea.
Yo no la escogí
Jamás la detallé.
Mas llevo una cosa.

No estoy vacío,
no estoy tan solo
pues anda conmigo
algo indescriptible.
 

martes, 15 de mayo de 2012

PARA COMPARTIR: Sonetos de Amor

 
Por William Shakespeare
Versión de Manuel Mujica Láinez
 
LXII
El pecado de amarme se apodera
de mis ojos, de mi alma y de mí todo;
y para este pecado no hay remedio
pues en mi corazón echó raíces.
Pienso que es el más bello mi semblante,
mi forma, entre las puras, la ideal;
y mi valor tan alto conceptúo
que para mí domina a todo mérito.
Pero cuando el espejo me presenta,
tal cual soy, agrietado por los años,
en sentido contrario mi amor leo
que amarse siendo así sería inicuo.
Es a ti, otro yo mismo, a quien elogio,
pintando mi vejez con tu hermosura.
 
LXV
Si la muerte domina al poderío
de bronce, roca, tierra y mar sin límites,
¿cómo le haría frente la hermosura
cuando es más débil que una flor su fuerza?
Con su hálito de miel, ¿podrá el verano
resistir el asedio de los días,
cuando peñascos y aceradas puertas
no son invulnerables para el Tiempo?
¡Atroz meditación! ¿Dónde ocultarte,
joyel que para su arca el Tiempo quiere?
¿Qué mano detendrá sus pies sutiles?
Y ¿quién prohibirá que te despojen?
Ninguno a menos que un prodigio guarde
el brillo de mi amor en negra tinta.
 
LXXI
Cuando haya muerto, llórame tan sólo
mientras escuches la campana triste,
anunciadora al mundo de mi fuga
del mundo vil hacia el gusano infame.
Y no evoques, si lees esta rima,
la mano que la escribe, pues te quiero
tanto que hasta tu olvido prefiriera
a saber que te amarga mi memoria.
Pero si acaso miras estos versos
cuando del barro nada me separe,
ni siquiera mi pobre nombre digas
y que tu amor conmigo se marchite,
para que el sabio en tu llorar no indague
y se burle de ti por el ausente.
 
XCI
Unos se vanaglorian de la estirpe,
del saber, el vigor o la fortuna;
otros, de la elegancia extravagante,
o de halcones, lebreles y caballos;
cada carácter un placer comporta
cuya alegría a las demás excede;
pero estas distinciones no me alcanzan
pues tengo algo mejor que las incluye.
En altura, tu amor vence al linaje;
en soberbia al atuendo; al oro en fausto;
en júbilo al de halcones y corceles.
Teniéndote, todo el orgullo es mío.
Mi única miseria es que pudieras
quitarme todo y en miseria hundirme.
 
XCIV
Tu capricho y tu edad, según se mire,
provocan tus defectos o tu encanto;
y te aman por tu encanto o tus defectos,
pues tus defectos en encanto mudas.
Lo mismo que a la joya más humilde
valor se da en los dedos de una reina,
se truecan tus errores en verdades
y por cosa legítima se tienen.
¡Cómo engañara el lobo a los corderos,
si en cordero pudiera transformarse!
Y ¡a cuánto admirador extraviarías,
si usaras plenamente tu prestigio!
Mas no lo hagas, pues te quiero tanto
que si es mío tu amor, mía es tu fama.
 
CVI
Cuando en las crónicas de tiempos idos
veo que a los hermosos se describe
y a la Belleza embellecer la rima
que elogia a damas y señores muertos,
observo que al pintar de sus dechados
la mano, el labio, el pie, la frente, el ojo,
trataba de expresar la pluma arcaica
una belleza como la que tienes.
Así, sus alabanzas son presagios
de nuestro tiempo, que te prefiguran,
y pues no hacían más que adivinarte,
no podían cantarte cual mereces.
En cuanto a aquellos que te contemplamos
con absorta mirada, estamos mudos.
 
CXXIII
Tiempo, no has de jactarte de mis cambios:
alzas con nuevo brío tus pirámides
y no son para mí nuevas ni extrañas
sino aspectos de formas anteriores.
Por ser corta la vida, nos sorprende
lo antiguo que reiteras y que impones,
cual si fuera lo nuevo que deseamos
y si no conociéramos su historia.
Os desafío a ti y a tus anales;
no me asombran pasado ni presente,
pues tus anales y lo visto engañan
al transformarse mientras te apresuras.
Por mí, te juro que he de ser constante
a pesar de tu hoz y de ti mismo.
 
CXLVI
Pobre alma, centro de culpable limo
a la que burla, indócil, quien la ciñe,
¿por qué adentro sufrir afán y hambre
si pintas lo exterior de alegre lujo?
Si el contrato es tan breve, ¿por qué gastas
ornando tu morada pasajera?
¿Tendrá por fin tu cuerpo sustentar
al gusano que herede tu derroche?
Vive, alma, a expensas de tu servidor;
que aumenten sus fatigas tu tesoro;
y cambia horas de espuma por divinas.
Sé rica adentro, en vez de serlo afuera.
Devora tú a la Muerte y no la nutras,
pues si ella muere, no podrás morir.

domingo, 13 de mayo de 2012

PARA COMPARTIR: POESÍA DE SAN LUIS


“CESAR ROSALES”
El Amor y la Ruina
Pueblo de arena, de sopor, de olvido,
casi lunar de tan desamparado,
sin color, sin perfume, sin sonido,
como el cuenco de un cántaro quebrado.

Un matorral, un riacho consumido
(dolor y sed agrietan su costado);
la torre del vencejo con su nido
y un ojo azul, inmenso, alucinado.

Sólo viviendo de alma, de cernido
silencio, de ternura, de alarido,
se puede amar y eternizar lo amado:

Levantar de la ruina lo perdido,
pero aun así, después de haber vivido,
no es suficiente haberlo recobrado
.