NOSOTROS Y LOS OTROS
Dame tu mano,
háblame con caricias profundas
capaces de tocar el alma,
mírame…no te detengas,
pero mírame bien
que en este tiempo
de ciegos insensibles
tu me sonríes con los ojos.
Dame un abrazo grande, fuerte
de esos que paran el tiempo,
que se hacen coraza y hogar
y que muestran que afuera
no hay nada más que valga
ni la más pequeña de las penas.
REVUELTA
Algo cambió no fue dentro mío.
De pronto, se confundieron
todos los sentidos,
las palabras se ahuecaron
y los “te quiero” se hicieron posesivos,
cambiaron las direcciones de las manos
de todas las calles de la ciudad,
los atardeceres comenzaron a menguar
y los dedos dejaron de ver
para comenzar a acusar.
Leer más en:poesiaamanoalzada.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario