DE JULIETAS, ROMEOS Y PALABRAS
“Ayer Julieta ha denunciado a Romeo
por malos tratos en el juzgado”
“Llueve sobre mojado” (Sabinas-Páez)
XX.
Dulces, dulcísimas,
complicadas,
apasionadas,
a medio llenar,
vaciadas.
Víctimas, victimarias,
enojadas,
suicidas,
surrealistas como un
cuadro de Miró
con bailarinas de Degas
lanzando S.O.S. desde el agua.
Luminosas,
sombrías, divertidas,
tiernas al
punto de llorar
por el efímero beso de una rosa
y por el beso
y por la rosa.
Jugosas, pulposas,
flaquísimas,
con títulos,
sin títulos,
ancladas.
Eróticas,
coléricas,
levísimas,
con pelos en
el pubis, las piernas,
las axilas,
depiladas.
Con olor a
trópico, a océano,
a isla de mar,
a útero,
a tierra mojada.
Valientes, vulnerables,
angustiadas,
sin hijos, con arrugas, con deseos,
deshojadas.
Con kilos de más, con miedo,
con dolor de ovarios,
perfumadas.
Solísimas de toda soledad,
acompañadas,
culposas, culpables,
exitosas,
envidiosas, vanidosas, envidiadas,
etéreas, carnales, sublimes,
atomizadas.
Amantes, amantísimas,
malamadas,
descalificadas, amordazadas,
embarazadas de melancolía,
de hijos, de sueños,
de plumeros, de escobas,
con las alas del alma
encadenadas.
Guerreras dispuestas al combate,
en reposo,
con marcas en el cuerpo,
extenuadas.
Tristes, aburridas,
patéticas, inquietas,
sedientas
Julietas
con hambre de amor
desesperadas.
“Esta vez yo quería quererla querer
y ella no”
(“Diecinueve días y quinientas noches”, J. Sabinas)
XY.
Confundidos, confundidísimos,
soberbios,
anémicos,
vulneradores,
vulnerados.
Víctimas, victimarios,
genitales,
descalificadores,
descalificados.
Realistas como ese personaje de Fellini
que entre las pródigas tetas de una gorda
se acuna satisfecho
mirándose el tatuaje.
Apasionados de todos los deportes
de ESPN, de TyC Sports, de Fashion tv,
de lomos, lolas y colas,
del control remoto
para el zapping.
Inteligentes, prácticos, elementales,
bromistas, machistas, feministas,
silenciosos, ocupados,
pre-ocupados.
Con un Cero Kilómetro en cuotas,
a pie en subte, en colectivo,
en bicicleta,
con el autito usado que compraron
o heredaron.
Calentones, negadores,
tímidos, cobardes,
arrojados como Légolas,
Boromir o Aragorn,
pasionales.
Con pelos en el pecho,
las manos, la nariz,
coronando el falo,
lampiños,
avergonzados.
Acompañadísimos de toda soledad,
aterrados de sus deseos de amor,
de aprobación,
idiotas afectivos,
solitarios.
Con pánico de perder su libertad,
su poder mínimo,
la dignidad,
el trabajo.
Abúlicos, bucólicos,
vitales,
soñadores,
¡Buon giorno principessa!
románticos.
Pacíficos, mal amados,
des-amados,
bien amados,
inseguros dulcísimos
carteros de Neruda
metaforeando palabras,
caricias,
y besos por el aire.
Con cuerpos trabajados de
gimnasio,
pavor a la impotencia,
a la eyaculación precoz,
a la esterilidad,
al cáncer prostático.
Vencidos vencedores de mil guerras,
ausentes, patéticos,
inquietos,
desolados.
Con olor a monte,
a testosterona,
a pis entre matorrales,
a mundos ajenos,
a semen diseminado.
Marineros nostálgicos de barriga cervecera,
piratas expulsivos con pata de palo,
abandónicos, cínicos,
distraídos
Romeos
sabios.
Sabios al punto de saber
que sólo la calidez de una vagina
atempera el frío de un afuera
casi siempre hostil,
helado.
GLADYS GUERRERO
Nota: Los textos seleccionados fueron tomados del suplemento “Cultura” de Diario Los Andes, Mendoza, 18 de Febrero 2006.
No hay comentarios:
Publicar un comentario