FLOR DE VERANO, FIN DEL PAÍS
Inquietante lección de los jazmines:
cuanto más agonizan más perfuman.
Doblados sobre el tallo,
yendo del blanco luz al blanco macilento,
caen y se pudren
mientras perfuman sin tregua
el cuarto que aún resisto.
Las calles ordenadas por el miedo están sembradas
de jazmines;
los errores, los encierros, la deriva ciudadana,
poblados de jazmines.
En el país nadie sabe terminar como esas flores.
Imposible hacer que la vergüenza exhale suavidades
o que brote más que sombra del engaño.
Los jazmines acusan,
su aroma muerde las migajas del honor.
O cambiamos el país o abolimos el verano.
SANTIAGO KOVADLOFF
Nota: El texto seleccionado fue tomado del suplemento cultural “Clarín cultura y nación” de diario Clarín, Buenos Aires 11 de Marzo de 1982.
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