ELLOS
En el amanecer de cada día,
retornan nuevamente silenciosos,
me contemplan con la sonrisa triste
y la dulzura eterna de sus ojos.
Tiendo hacia ellos mis manos como antes,
la dicha de vivir nace de pronto,
en la nítida imagen del espejo
mi rostro se ennoblece con sus rostros.
EL ATRIL
Fue escribiendo lentamente el tiempo
las notas de una tenue melodía,
en la infancia un suave tono alegre
que se esfumó en una cadencia límpida.
Después, se oyó crecer serenamente
la estela gris de la melancolía;
ahora aguarda que el ocaso deje
su palabra de sombra y de ceniza.
ÁNGEL MAZZEI
Nota: Los textos seleccionados fueron tomados de la edición de la 4ta. Sección, Letras/Artes/Ciencia, de Diario “La Nación”, Buenos Aires, 30 de Junio de 1991.
Mil gracias por publicar poesías de este gran maestro y poeta,del cual tuve el inolvidable privilegio de ser su alumno en el colegio San Cirano.Bellîsima persona, de una inteligencia superior,y de una vocación por enseñar pocas veces vista. Mario Venerandi.
ResponderEliminarMuchas gracias Mario por compartir con nosotros su anécdota! Saludos cordiales.
Eliminar