Creada en la Ciudad de General Alvear, Provincia de Mendoza, en el año 1935.

lunes, 6 de enero de 2014

PARA COMPARTIR: LECTURAS DE ARCHIVO - Verano II



COMPOSICIÓN ESCOLAR

Papá hacía piezas de ajedrez
con palos de escoba.
Papá rasqueteaba el techo de cinc
de la casa. Papá decía: debajo,
la bovedilla de ladrillos
apoya en perfiles doble T.
El cielo raso de yeso tenía
islas oxidadas. Papá iba a ver polo
y en ring side los matches de box.
Papá era marino. Criaba
canarios blancos, naranjas,
azules e isabelinos, si bien
eran rollers, y había uno oscuro,
hamburgués, que cantaba
hecho un ovillo.
Mamá gastaba el dinero con amigas.
Creo que Mamá era descuidada y generosa,
Mamá iba el sábado al Hipódromo
con la madre de los Sola,
y cada tarde a los remates
del Banco Municipal. Cuando vino
Eduardo, Príncipe de Gales,
chocó el taxi donde Mamá iba.
A veces uno lo notaba,
Papá y Mamá no se hablaban por días.

BASILIO URIBE


EL NIÑO QUE ESCRIBÍA DE NOCHE

El niño que escribía de noche,
hurtando luz,
no ha muerto.

Ahora consciente de la infamia,
vuelve, sin embargo, como un otoño,
y reitera su crimen.

Sabe, en el resplandor solitario,
que toda página es una almohada que grita,
y que la noche observa
por todos los vidrios.

ALEJANDRO NICOTRA


YA NO MÁS

Ya no más la mente loca volando
Entre las nubes del ensueño,
No más el flotar a palmo y medio
Del nivel ordinario de la tierra.
No más la gallarda indiferencia
Al frío, el cansancio y la distancia,
No más las noches desveladas soñando
Ese ideal que es siempre incierto.
Hoy, corto el aliento, cansado el ojo,
trillados los caminos e insensible al
arrullo de ríos y de bosques misteriosos,
reconozco estar entrando en la negra y
lenta noche de los años postreros de  mi vida,
y a la invitación a correr mundo, a la
mano extendida y al caballo ensillado
ante mi puerta, respondo que ya no me interesa
descifrar el mensaje de la Esfinge ni
descubrir lo que ocultan las montañas.
Dicho lo cual me arrellano en un sillón
a repasar mi larga ristra de recuerdos
y preparar el alma para la atroz
aventura de la muerte.

CLIVE N. HIBBERT


Nota: los textos seleccionados fueron tomados de la edición Suplemento Literatura de Diario “La Prensa”, Buenos Aires, 30 de Abril de 1978.

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