Creada en la Ciudad de General Alvear, Provincia de Mendoza, en el año 1935.

miércoles, 4 de enero de 2017

JORGE LUIS BORGES (1899-1986)


POEMA CONJETURAL
 
El doctor Francisco Laprida, asesinado el día 22 de setiembre de 1829
por los montoneros de Aldao, piensa antes de morir:
 
Zumban las balas en la tarde última. 
Hay viento y hay cenizas en el viento, 
se dispersan el día y la batalla 
deforme, y la victoria es de los otros. 
Vencen los bárbaros, los gauchos vencen. 
Yo, que estudié las leyes y los cánones, 
yo, Francisco Narciso de Laprida, 
cuya voz declaró la independencia 
de estas crueles provincias, derrotado, 
de sangre y de sudor manchado el rostro, 
sin esperanza ni temor, perdido, 
huyo hacia el Sur por arrabales últimos. 
Como aquel capitán del Purgatorio 
que, huyendo a pie y ensangrentando el llano, 
fue cegado y tumbado por la muerte 
donde un oscuro río pierde el nombre, 
así habré de caer. Hoy es el término. 
La noche lateral de los pantanos 
me acecha y me demora. Oigo los cascos 
de mi caliente muerte que me busca 
con jinetes, con belfos y con lanzas. 
Yo que anhelé ser otro, ser un hombre 
de sentencias, de libros, de dictámenes 
a cielo abierto yaceré entre ciénagas; 
pero me endiosa el pecho inexplicable 
un júbilo secreto. Al fin me encuentro 
con mi destino sudamericano. 
A esta ruinosa tarde me llevaba 
el laberinto múltiple de pasos 
que mis días tejieron desde un día 
de la niñez. Al fin he descubierto 
la recóndita clave de mis años, 
la suerte de Francisco de Laprida, 
la letra que faltaba, la perfecta 
forma que supo Dios desde el principio. 
En el espejo de esta noche alcanzo 
mi insospechado rostro eterno. El círculo 
se va a cerrar. Yo aguardo que así sea.
 
Pisan mis pies la sombra de las lanzas 
que me buscan. Las befas de mi muerte, 
los jinetes, las crines, los caballos, 
se ciernen sobre mí... Ya el primer golpe, 
ya el duro hierro que me raja el pecho, 
el íntimo cuchillo en la garganta.

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