Creada en la Ciudad de General Alvear, Provincia de Mendoza, en el año 1935.

domingo, 2 de febrero de 2014

LECTURAS DE ARCHIVO: ROBERTO JUARROZ

POEMAS

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El día en que si saberlo
hacemos por última vez una cosa
-mirar una estrella,
atravesar una puerta,
amar a alguien,
escuchar cierta voz-
si algo nos advirtiera
que nunca volveremos a hacer eso,
probablemente la vida se detendría
como un muñeco son niño ni resorte.

Sin embargo, cada día
hacemos algo por última vez
-mirar un rostro,
llamarse con su propio nombre,
terminar de gastar un zapato,
probar un temblor-
como si la primera vez o la milésima
pudiera preservarnos de la útima.

Nos haría falta un tablero
con todas las entradas y salidas marcadas,
donde se anuncie claramente, día por día,
con tizas de colores y con vocales
qué le toca terminar a cada uno,
hasta cuándo se hace cada cosa,
hasta cuándo se vive
hasta cuándo se muere.

[]

Todo texto, toda palabra cambia
según las horas y los ángulos de día o de la noche,
según la transparencia de los ojos que los leen
o el nivel de las marcas de la muerte.

Tu nombre no es el mismo
mi palabra no es la misma
antes y después del encuentro,
antes y después de volver a pensar
que mañana no estaremos.

Cualquier cosa es distinta
si se mira de día o de noche,
pero se vuelven aún más distintas
las palabras que escriben los hombres
y las palabras que no escriben los dioses.

Y no hay ninguna hora,
nI la más promisoria o lúcida o ecuánime,
ni siquiera las hora sin carteles de la muerte,
que pueda equiparar los reflejos,
ajustar las distancias
y hacer que las mismas palabras
digan las mismas cosas.

Todo texto, toda forma, se quiera o no se quiera,
es un mudable, tornasolado espejo
de la furtiva ambigüedad de la vida.
Nada tiene una sola forma para siempre.
Ni siquiera la eternidad es para siempre.

ROBERTO JUARROZ

Nota: Los textos seleccionados fueron tomados del Suplemento “Cultura” de Diario La Nación,  Buenos Aires, 31 de Julio 2005.

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