CLAVE DE MAESTRO
La escribió misteriosa, enigmática, sin la clave que la desentrañara. La escribió como el huevo que al romperse perdía su magia, como el cuerno del unicornio en forma de ojo cerrado. Porque es lo que quiso que sintieras. Que no estaba allí para que lo entendieras, para que escarbaras en sus estratos. Ninguno de esos animales, martirios, misterios, asombrosos, ninguna de esas personas, máquinas, aberraciones, metamorfosis e inminencias aterradoras fueron creadas para que siguieras viviendo con serenidad tras su observación. Porque aquel retablo colgado en la pared era un portal. Y seguís pensando que El Bosco era un genio de la pintura, pero lo es de la arquitectura, aquí, a este lado.
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