COINCIDENCIA
A ella no le regalaron juguetes, ni le celebraron en la infancia. Igual que a él, a quien conoció adulto; por eso se miran, se sorprenden, descubren, aunque ambos tienen, eso sí, un saber espontáneo, involuntario. Participan de las mismas carencias y paradisíacos privilegios porque nació grande y se llama Adán.
De “Mañana piensa en mí” (2012)
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