ESCENA PROHIBIDA
Abrí la puerta y no pude creer lo que vi: Claudia estaba desnuda en la cama, revolcándose con un sujeto entre sábanas, instintos y prohibiciones. Tuve ganas de asesinarlos. Sentí el deseo de inventar un hacha y golpearlos hasta derribar su estupidez. Sin embargo, sólo me limité a decir: “¡Claudia! ¡Si el papá se llega a enterar de lo que estás haciendo, nos mata a los tres!”.
De “Crónicas de hombres celosos” (2015)
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