LA TRAMPAPARAGATOSPESADILLASCOMOHUMO
Las pesadillas son como gatos de humo.
De humo oscuro y espesísimo.
Escondidos dentro de las sombras de la noche o agazapados bajo una maceta del patio o haciendo burlesco equilibrio en el borde de las
tapias, los gatospesadillascomohumo esperan a que uno se duerma.
El primer ronquido es la señal. Cuentan:
–101… 102… ¡103!
Y saltan.
Saltan para meterse por la ventana y de ahí, en los sueños del dormidorroncador. A los sueños suelen colarse por alguna de las orejas, por eso dicen que uno solo tiene pesadillas cuando duerme panza arriba.
A los gatospesadillascomohumo les encanta merodear por los sueños. Buscan el sueño que uno está soñando en ese momento o los que están en cola de espera para ser soñados más tarde esa misma noche o en alguna noche de la semana.
Mientras van de aquí allá o saltan de un lado a otro entre los sueños, los gatospesadillascomohumo emiten maullidos leves que tienen el poder de teñirlos en pesadillas.
Un ejemplo: venís soñando que pintas una pared con tu color favorito, digamos celeste o rojo; el gatospesadillascomohumo maúlla y de repente, el celeste o el rojo se tiñe de negro y la pared, se vuelve un monstruo que te perseguirá hasta que te despiertes o se seque la pintura.
Lo mismo hacen con los sueños que están en cola de espera. Se les arriman sin que ellos los noten y, maullido de por medio, transforman emocionantes viajes espaciales en caídas en asfixiantes pozos sin fondo, vivaces cajas de regalos en desvencijados ataúdes, esperados besos de amor en dolorosos mordiscos de vampiro, dulces abuelitas cuentacuentos en rabiosos dragones lanzallamas, simpáticos colibríes en avinagrados cucos… y cosas por el estilo; la lista es infinita.
Lo peor es que para evitarlos no alcanza con desearse “dulces sueños” o “que sueñes con los angelitos” antes de irse a dormir.
No, no es tan simple.
Lo más conveniente es tener en casa un gato de verdad, que suelen sacarlos a los piques apenas los sospechan en sus escondites. Los perros o los loros no pueden detectarlos.
Pero también conviene cazarlos. Al no ser una especie en extinción, no hay ley que prohíba su caza.
La señorita Carmelina Pomodoro, cansada de tener malos sueños por culpa de estos felinos malentretenidos, inventó -y patentó- la trampaparagatospesadillascomohumo.
Al momento de escribirse esto, la mujer aseguraba haber cazado un millón y pico de gatospesadillascomohumo.
A simple vista, la trampa que ella inventó se parece a una ratonera porque, activado el sistema, los atrapa por las colas y por más esfuerzo que ellos hagan no los suelta.
Tiene el mismo mecanismo que una trampa para ratones, es verdad, pero en vez de queso se le coloca otro tipo de cebo. Son cosas que a los gatospesadillascomohumo les resultan inevitables ya que eso les da el poder de apesadillar los mejores sueños.
Algunos de esos cebos son, a saber:
-Una mentira.
-El grito causado por un susto que te dieron.
-Cualquier página de la guía de teléfonos.
-Una cachetada.
-La dentadura postiza de un abuelo o abuela.
-Un recuerdo penoso.
-Un chiste del cual todos se olvidan el final.
-La foto de alguien llorando o sufriendo.
-Un eructo lanzado luego de comer coliflor.
-Un plato para sopa sin sopa.
La señorita Carmelina Pomodoro dice que luego de atraparlos, los baña: como se sabrá no hay gato que odie el agua, pero a estos mininos de porquería además hay que bañarlos con jabón y champú porque aborrecen los olores ricos.
Asevera que mientras los baña, los gatospesadillascomohumo se diluyen como si fueran de azúcar impalpable.
Sin embargo, por estos días, la perspicaz Carmelina Pomodoro se prepara para probar un nuevo invento. Además de bañarlos con jabón y champú, usará talco pesadillocida: ella supone que en vez de diluir a los gatospesadillascomohumo, los transformará en gatosquetengasbuenosueños o gatosquesueñesconlosangelitos, aún no ha decidido el nombre que les dará.
Según Carmelina Pomodoro, luego de rociarles ese talco los flamantes gatosquetengasbuenosueños o gatosquesueñesconlosangelito esperarán escondidos en la noche, saltarán sobre el dormidorroncador y por alguna oreja se meterán para maullar solo sueños bonitos.
Hasta que esté segura de que su talco pesadillocida funcione, ella recomienda no dormir pansa arriba o evitar hacer o decir las cosas que crean los cebos que tanto atraen a estos gatos malintenciones.
Aconseja especialmente evitar los platos para sopa sin sopa, que causan más pesadillas que la peor película de horror.
Sobre todo, y contrario a lo que se cree, en los chicos.
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