GUERRA
Una bala destinada al enemigo impacta por error en el vientre de la jirafa que se estremece y cae, presa de pánico y dolor, sobre las hierbas húmedas de la sabana. El soldado que disparó el arma desaparece dentro de la herida que provocó por accidente, herida que no ha manado sangre: agujero de bordes redondeados, profundamente negro, a través del cual, pronto, también desaparece otro soldado compañero del primero y el avión que les servía de apoyo. La jirafa agoniza, el olor que exhala repele incluso a los carroñeros.
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