LA CARA OCULTA
Misterioso es siempre ver el otro lado
como un doblez que no crece aunque empuja
a la superficie indicios de belleza
o de pánico para recordarnos algo
allí guardado, escapulario que reza
lo bueno está en todas partes y así
lo malo, pero antes, pero ahora quisiera
fijar los ojos en semejante cosa
oculta que me llena, no sé, de dulzura
pienso. Estos hombres, obligándose
siempre a parecer tan duros, obligados
quizá a esconderse como lo hace la luna
con una de sus caras, y de repente
la muestran, hoy el Juanchi, tijera en mano
dispuesta para la poda veraniega
se detuvo en seco frente al manzano
y dijo quedo: un nido hay, con pichones
de zorzalito, voy a esperar que crezcan
Allí se hace silencio, como si fuera
religiosa vergüenza o pavura acaso
o simplemente rendición ante el milagro
Tanto de madre en cada varón liberto
aunque un poco asustado, no pueden más
y a veces yo tampoco, sí señor, o usted
señora cuentemé, no le pasa a veces?
¿Qué?,
el otro lado de las cosas simplemente.
como un doblez que no crece aunque empuja
a la superficie indicios de belleza
o de pánico para recordarnos algo
allí guardado, escapulario que reza
lo bueno está en todas partes y así
lo malo, pero antes, pero ahora quisiera
fijar los ojos en semejante cosa
oculta que me llena, no sé, de dulzura
pienso. Estos hombres, obligándose
siempre a parecer tan duros, obligados
quizá a esconderse como lo hace la luna
con una de sus caras, y de repente
la muestran, hoy el Juanchi, tijera en mano
dispuesta para la poda veraniega
se detuvo en seco frente al manzano
y dijo quedo: un nido hay, con pichones
de zorzalito, voy a esperar que crezcan
Allí se hace silencio, como si fuera
religiosa vergüenza o pavura acaso
o simplemente rendición ante el milagro
Tanto de madre en cada varón liberto
aunque un poco asustado, no pueden más
y a veces yo tampoco, sí señor, o usted
señora cuentemé, no le pasa a veces?
¿Qué?,
el otro lado de las cosas simplemente.
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