NO LA OLVIDAMOS
Guardo en mi memoria la impresión que me causó la tarde en que la conocimos. Princesa en el exilio, flor delicada, irrealidad. Recuerdo incluso la mancha de luz que era su vestido blanco.
Los otros, en cambio, se solazan recordándola unos días después, mientras lloraba, y gritaba “no”, y aullaba “basta”, y rogaba que nos detuviéramos.
De “Nosotros somos eternos” (2016)
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