LA CASA DEL CRIMEN
Aquí estuvo la vida y ahora nadie
recorre sus ruinas, donde habita la niebla.
Ventana clausurada, puerta esposada, luna
desmayada por siempre en el espejo.
Insomne soledad del dormitorio
donde se aburrren las fotografías
y el reloj ya no sabe qué es el tiempo.
Mole gris, casa adentro, oscura y sola.
Ella, en la noche, escucha los pasos del silencio
que atraviesa la sombra de su patio olvidado.
UNA FIGURA MIRA DESDE EL CUADRO
Un día irá al desván, al remate, a la nada.
Ahora sobrevive entre la indiferencia
por encima del tiempo que ronda los relojes.
Gentes envejecidas, nuevos rostros.
Ausencias, larga sombra.
En la sala que tanto desearon
y ahora a veces el polvo su aburrimiento habita.
¿Quién dice que no es ella quien contempla
la vida de los otros, cómo crece
lo que será el recuerdo y el olvido?
TEATRO DE BARRIO
Cerca hubo un cementerio de tranvías.
La casa que fue fondo, la fábrica desierta.
Un día levantaron el telón:
no había nadie en escena.
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