Creada en la Ciudad de General Alvear, Provincia de Mendoza, en el año 1935.

lunes, 26 de enero de 2015

LLUVIA EN POESÍA

LEOPOLDO LUGONES

 

SALMO PLUVIAL

 

(Tormenta)

Érase una caverna de agua sombría el cielo;

el trueno, a la distancia, rodaba su peñón;

y una remota brisa de conturbado vuelo,

se acidulaba en tenue frescura de limón.

 

Como caliente polen exhaló el campo seco

un relente de trébol lo que empezó a llover.

Bajo la lenta sombra, colgada en denso fleco,

se vio el caudal con vívidos azules florecer.

 

Una fulmínea verga rompió el aire al soslayo;

sobre la tierra atónita cruzó un pavor mortal;

y el firmamento entero se derrumbó en un rayo,

como un inmenso techo de hierro y de cristal.

 

(Lluvia)

Y un mimbreral vibrante fue el chubasco resuelto

que plantaba sus líquidas varillas al trasluz,

o en pajonales de agua se espesaba revuelto,

descerrajando al paso su pródigo arcabuz.

 

Saltó la alegre lluvia por taludes y cauces,

descolgó del tejado sonoro caracol;

y luego, allá a lo lejos, se desnudó en los sauces,

transparente y dorada bajo un rayo de sol.

 

(Calma)

Delicia de los árboles que abrevó el aguacero.

Delicia de los gárrulos raudales en desliz.

Cristalina delicia del trino del jilguero.

Delicia serenísima de la tarde feliz.

 

(Plenitud)

El cerro azul estaba fragante de romero,

y en los profundos campos silbaba la perdiz.

 

 

 

JOAQUÍN GIANNUZZI

 

LLUVIA NOCTURNA DETRÁS

DE UNA ESTACIÓN DE SERVICIO

 

Bajo la lluvia nocturna, una tumba caótica

de cosas abandonadas a sí mismas

que demora en cerrarse. Pero todavía el conjunto

puede volverse creador sobre su propio sueño.

En esta decantación del desorden

una fría suciedad pegajosa, un estado de frontera

de objetos a punto de perder su identidad.

En la inmóvil confusión gotea el agua

silenciosa. Envuelve llantas reventadas,

botellas astilladas, ruinas de plástico, recipientes chupados,

cajones despanzurrados, metales llevados

a un límite de torsión, quebraduras,

andrajos no identificados, asimetrías tornasoladas

por la grasa negra. He aquí una crisis de negación

en esta abandonada degradación intelectual

de criaturas seriadas, nacidas a partir

de la materia martirizada, la idea y el deleite

y que fueron manipuladas, raspadas, roídas, girando

sobre chapas rígidas y correas de transmisión

y en definitiva condenadas por lo monótono.

Pero en aquella derrota humana de las cosas,

en los desperdicios mojados podían descubrirse

figuras creadas a partir de la mezcla,

diseños irreales arrebatados a lo fortuito:

y entre gotas de lluvia y aceite quemado

una intención de belleza y de formas cumplidas

bajo la maloliente oscuridad.

 

 

 

JORGES LUIS BORGES

 

LA LLUVIA

 

Bruscamente la tarde se ha aclarado 

Porque ya cae la lluvia minuciosa. 

Cae o cayó. La lluvia es una cosa 

Que sin duda sucede en el pasado. 

 

 

Quien la oye caer ha recobrado 

El tiempo en que la suerte venturosa 

Le reveló una flor llamada rosa 

Y el curioso color del colorado. 

 

 

Esta lluvia que ciega los cristales 

Alegrará en perdidos arrabales 

Las negras uvas de una parra en cierto 

 

 

Patio que ya no existe. La mojada 

Tarde me trae la voz, la voz deseada, 

De mi padre que vuelve y que no ha muerto.

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