HISTORIA DE UN PEDO QUE HIZO HUIR AL DIABLO Y QUEDAR COMO UN TONTO
Un hombre al que el diablo atormentaba desde hacía tiempo para que se le entregase, no pudiendo resistir las persecuciones de ese maligno espíritu, consintió, pero con tres condiciones, que le propuso al instante:
1-Le pidió una gran cantidad de oro y plata, y el diablo le entregó tanto como quiso.
2-Le exigió que lo volviera invisible y el diablo le enseñó los medios.
Finalmente, estando tan turbado por qué proponerle como tercera condición y queriendo hacer que le fuera imposible concedérsela, como su ingenio no le aportaba nada, se vio asaltado por un miedo atroz y, por fortuna, ese miedo le procuró por casualidad un gran servicio. Cuentan que en ese momento crítico se le escapó un pedo diptongo, cuyo estruendo se asemejó a una descarga de mosquetería y, aprovechando con juicio la ocasión, le dijo al diablo: “Enhebra si puedes ese pedo y seré tuyo”. El diablo no pudo hacerlo, a pesar de que puso un extremo en el agujero de la aguja y tiró del otro con fuerza con los dientes; aterrorizado por otra parte por el espantoso estruendo de ese pedo, que el eco había redoblado, confuso y más que furioso por haberse dejado engañar, huyó rápidamente y liberó al desdichado del peligro que corría.
Nota: Pierre-Thomas-Nicolas Hurtaut nació en 1719 y murió en París en 1791. Trabajó como profesor de latín en la Escuela Militar y publicó su primer libro en 1748, Le Voyage d'Aniers. Interesado en los misterios del cuerpo humano, dedicó a este asunto varios libros, entre ellos L'Art de péter y el Essai de médecine sur le flux menstruel, parodiando los tratados de medicina. Además, fue historiador y miembro de la «Société du bout du banc», uno de los salones literarios más célebres del siglo XVIII.
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