EL ARDOR DEL RÍO
Roza
la gaviota solitaria
el pudor de la piedra
en la ribera cristalina
como una desapercibida
caricia de aire
sobre el río tan pausado,
que aparenta quedarse.
Rebosa el balbuceo
en mis ojos…
tenue,
casi imperceptible
ese continuo frenesí
del agua que se aleja.
la gaviota solitaria
el pudor de la piedra
en la ribera cristalina
como una desapercibida
caricia de aire
sobre el río tan pausado,
que aparenta quedarse.
Rebosa el balbuceo
en mis ojos…
tenue,
casi imperceptible
ese continuo frenesí
del agua que se aleja.
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