CUENTO DE HADAS
El hada cerró el libro y acarició su lomo de cuero azul. Miró por la ventana al horizonte, al crepúsculo que se desmoronaba en pepitas de nieve. Se acercó volando a la cama de su hija que esperaba ansiosa.
—¡Mamá —se estremeció—… tengo miedo de los hombres!
Afuera, el Rey Elfo soplaba canciones a las ruinas de la Luna.
La madre apoyó el libro en el atril de su pecho.
Afuera, el Rey Elfo soplaba canciones a las ruinas de la Luna.
La madre apoyó el libro en el atril de su pecho.
—No te preocupes, hija —sonrió—, los hombres no existen.
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