NADIE ESTÁ ATENDIENDO
Habla. Fíjate bien. Fíjate bien en la cosa. Habla.
Elige palabras. Traza signos con dedos. Escribe.
Dedo decúbito supino. Expláyate. Sé tú mismo ahí
donde todos cabemos. Habla y sé tú mismo. Ve la cosa.
Vela. Ve la vela y su flama y llámala flama si titubea.
Elige tú tus vocales, tus vocablos. Elige tus estrías.
Tripas para que salga al podio la música
de tu corazón, de tus tripas. Habla claro y bien fuerte.
Nadie está atendiendo. Todos están hablando. Todos
están eligiendo qué ropaje ponerse para la fiesta
del habla. Habla. Fíjate bien. Elige. Todo está ahí
para que tú lo recojas y te lo cuelgues del pescuezo.
Des una vuelta a la plaza, pavoneándote. Te dirán házlo,
házlo tú también como lo hacen todas. Nadie está atendiendo.
Pero no lo hagas. Fíjate bien. Elige. Elige ser el dueño
del monólogo del mar contra las rocas. Elige.
Elige palabras. Traza signos con dedos. Escribe.
Dedo decúbito supino. Expláyate. Sé tú mismo ahí
donde todos cabemos. Habla y sé tú mismo. Ve la cosa.
Vela. Ve la vela y su flama y llámala flama si titubea.
Elige tú tus vocales, tus vocablos. Elige tus estrías.
Tripas para que salga al podio la música
de tu corazón, de tus tripas. Habla claro y bien fuerte.
Nadie está atendiendo. Todos están hablando. Todos
están eligiendo qué ropaje ponerse para la fiesta
del habla. Habla. Fíjate bien. Elige. Todo está ahí
para que tú lo recojas y te lo cuelgues del pescuezo.
Des una vuelta a la plaza, pavoneándote. Te dirán házlo,
házlo tú también como lo hacen todas. Nadie está atendiendo.
Pero no lo hagas. Fíjate bien. Elige. Elige ser el dueño
del monólogo del mar contra las rocas. Elige.
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