Creada en la Ciudad de General Alvear, Provincia de Mendoza, en el año 1935.

martes, 26 de mayo de 2015

EDGAR BAYLEY (Buenos Aires, 1919-1990)

LA CLARIDAD

 

Me ha tentado siempre la claridad

Y la claridad se me ha negado a veces

Como un pájaro que vuela en sueños

Y cae y sigue cayendo

Sin volar

Como peso muerto

 

Me ha tentado siempre la claridad

Especialmente la claridad de las hojas del saúco

También la claridad del guijarro

Y de las ramas del abeto

Y la rápida y voraz claridad de una salamandra

 

He querido tener claridad para mirar

Los terrones del campo recién removido

Y para mirar también el mismo arado

Y el agua que se desliza límpida por la acequia

 

Claridad he querido para recorrer tantos sueños 

Y glorias y poderes y dispersas situaciones y gentes 

Y para estar en el aire sin ausentarme del fuego

 

Me ha tentado siempre la claridad 

De estar totalmente en cada flor 

En cada herida o condena o semilla 

He querido tener claridad para vivir

 

Y cuando al fin pude definir la claridad que yo buscaba 

Advertí cuánto sueño y plumón y roja tierra 

Y confusión y olvido hacen falta para comprender claramente 

Y estar aquí con total lucidez sentado a la vera del camino 

Avivando el fuego bajo el cielo y el polvo de las horas

 

Y como me ha tentado siempre la claridad

Aquella vez cuando bajo un abierto y extendido sol

Comenzaron a encresparse las aguas de la bahía

Hasta adquirir un tinte violáceo

Y un gran pájaro blanco surgió de repente de entre las nubes

Batiendo sus alas y revoloteando suavemente a mi alrededor

Decidí que era el momento de arrojar estas palabras al mar

Porque la claridad que tanto he buscado

Sólo está en algunos silencios

En algunos espacios en blanco

Antes y después de unas pocas y triviales palabras

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