EL CARPINTERO
José aceptó el anuncio del ángel sobre el embarazo de su mujer, María, con tranquilidad y sin demasiadas averiguaciones. No prestó mucha atención al asunto, pues estaba preocupado por las condiciones de una madera, desconocida para él, de que había oído hablar. Al parecer ese material procedía de Oriente: tendría que esperar el paso de una caravana para obtener algunos tablones. Con ellos elaboraría muebles para sus amos romanos, los únicos que pagaban un buen precio por su trabajo. La cuestión del Mesías le interesaba también, pero menos. Después de todo, un buen carpintero no tenía por qué meterse en política.
De “Los cuatro elementos” (2007)
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