AMARGA
Al principio le daba lástima. Decía que a veces tenía días malos y la justificaba, pensando que la soledad la había hecho así. Pero a medida que el tiempo pasaba, se fue dando cuenta. Nada le venía bien, era tan amarga como las naranjas que florecían en su vereda, pero con el agravante de la ausencia del perfume de los azahares. Era como si la primavera la hubiese pasado de largo.
De: “De mayor a menor” (2013)
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