ALARMA
Una caravana de baldosas inició la fuga. Los baldosones, más lentos, algunos con alguna fractura, las siguieron. Después, una guarda de azulejos remontó vuelo y unos mosaicos antiguos eligieron la cabalgadura de los zócalos para ganar el horizonte.
Cuando llegó el equipo para la demolición, ya casi no quedaba nadie.
De: "La secreta sílaba del beso” (2011)
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