Si soy sincera debería admitir
que no tengo nada para escribir,
sé que lo prudente seria evitar el decir por decir
solo tomar un puñado de lo necesario
como si fuera arroz,
lavarme la cara con agua limpia
y mirar los perros en el patio
hasta que el día oscurezca,
es que tengo un incendio adentro
aunque por fuera no se vea el humo
(mañana barreré las cenizas)
el silencioso pasar de lo que crece,
podría nombrar una mesa a la luz del sol
el pan con su cáscara suave
un plato de comida humeante
los restos de vino en un vaso
la sal y la albahaca desprendiendo
aromas que me recuerdan
el pelo de mi madre,
solo estoy nombrando cosas cálidas
y sin embargo,
no hablo de nada.
De “Cardumen” (poemario en proceso de edición)
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