QUID PRO CUO
Dos pistolas apuntaban con firmeza en la oscuridad. Sus picaduras fueron letales para la pareja, que yacía abrazada. Sus asesinos rodearon la cama, asegurándose del trabajo realizado. Ambos se miraron con gravedad, siendo conscientes del pacto que acababan de sellar: ahora, viudos, encontraron la paz, un nuevo principio, libres. Impunes.
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