NO HAY HOMBRES EN ESTA TIERRA
Las hijas de Lot no encontraron hombres con quien casarse. Los sodomitas, incluso los que no habían sido en vida unos degenerados, ya no eran sino vapor en la conflagración divina. Los demás seres humanos, al parecer, también eran inalcanzables, no menos que los ángeles de Yahvé, de fulminante mirada.
Por tanto, las hijas de Lot decidieron emborrachar a su padre, hombre justo entre justos, y acostarse con él. La árida madre, con el horror eternizado en su mirada, ya nada podría decir.
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