Creada en la Ciudad de General Alvear, Provincia de Mendoza, en el año 1935.

domingo, 28 de diciembre de 2014

JUAN CARLOS MOISÉS (Sarmiento, Chubut, 1954)

UN DUELO
 
Un chico tira una piedra con la gomera y le pega a Dios que se apoya en una pared destruida. Está destruida la pared y está distraído Dios, ensimismado en pensamientos que seguramente no lo alegran y que lo extenúan hasta sacarlo de quicio ante el espectáculo de la realidad. Reacciona instintivamente, recoge la piedra y se la tira al chico para asustarlo. Le roza el tobillo de la pierna que es más hábil con la pelota de fútbol. El chico alza esa piedra y otra piedra más y con la gomera estirada a más no poder le tira primero una y después otra. La primera pasa cerca del muslo de Dios. La segunda le da en la mano derecha. Dios pierde la paciencia e intenta un ataque. Suponemos que cree necesario hacerlo, aun ante un chico que sin embargo pudiera ser otra cosa, habiendo tantas agresiones y complots a la orden del día. Recoge una de las piedras y se la vuelve a tirar al chico, pero no con la mano derecha que tiene inutilizada, sino con la izquierda, que suponemos es su mano menos hábil, y la piedra pasa a centímetros del cuerpo del chico agazapado en unas rocas. Desde esa posición, apenas flexionando sus piernas, le apunta a Dios y le tira. La piedra impacta de lleno en la otra mano de Dios, la izquierda. El chico carga su gomera no con una sino con dos piedras y avanza amenazando tirarlas a la cabeza de Dios. Dios, con las manos inutilizadas, resignado e indefenso, se rinde. Sale de atrás de un árbol y se entrega. El chico deja caer las piedras al suelo y sonríe, ganador, mientras una multitud desconocida ovaciona su nombre.


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