TAXI
Me hundo
en el abrazo de la pana,
anónima,
y en la calefacción amiga.
Temo llegar a destino,
al invierno de mi cuerpo,
bajarme
de estos segundos contados
y estar nuevamente
sola.
en el abrazo de la pana,
anónima,
y en la calefacción amiga.
Temo llegar a destino,
al invierno de mi cuerpo,
bajarme
de estos segundos contados
y estar nuevamente
sola.
EFECTOS SECUNDARIOS
Hace más de cien años
moría en Calabria mi bisabuela.
Cuentan que tomó una pócima,
excedida en cianuro,
para vencer un catarro feroz
en vísperas de Nochebuena.
Nos dejó una herencia
de Navidades tristes
y toses persistentes.
Era condesa -explica mi padre
para justificar la pena
que todavía lo asalta las noches de fiesta.
Todo esto también hay que saberlo
si se quiere entender mi historia.
Mi niño me dijo ayer
que no cree en Dios
y yo
lo llevé al neumonólogo,
para evitar males mayores.
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