Creada en la Ciudad de General Alvear, Provincia de Mendoza, en el año 1935.

jueves, 3 de abril de 2014

MARTÍN ECHEVERRÍA (Mendoza, 1968)

EL DON DE ENROJECER

 

Me gustan las mujeres que enrojecen.

Tanto cromática

poética

como políticamente.

 

Para empezar me gustan porque son

la única prueba contundente

de que aún hay vida

en mi huraño corazón.

 

No es que aborrezca

a las féminas azules

grises o celestes.

Es simplemente que en nada

se comparan

a las que tienen

el don de enrojecer

que equivale nada menos

a reinventar cada mañana la utopía

multiplicar los panes y los sueños

y poner las cosas más calientes

tanto romántica

poética

como políticamente.

 

Me gustan las mujeres que enrojecen

pues aquellas hembras

que aún suelen sonrojarse

son la última trinchera que nos queda

en la lucha contra el neo desamor.

 

Cuando te tornas mi bien

del verdadero color de las estrellas

quisiera entonces tantas cosas

y entre ellas

ser peregrino en tu piel

cuando anochece

comer tus besos

uno a uno

lentamente

curar tu soledad

e incluso a veces

quisiera simplemente

amarte

amor

cuando enrojeces.

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