Creada en la Ciudad de General Alvear, Provincia de Mendoza, en el año 1935.

sábado, 15 de abril de 2017

ROQUE LARRAQUY (Buenos Aires, 1975)


FAIRY
BUENOS AIRES, 1938
El licenciado Fairy tiene la habilidad de tragarse una rana viva y hacer que las patas delanteras asomen por los agujeros de la nariz. La gracia no supera el minuto; durante ese lapso la rana se refriega con deleite contra la campanilla del licenciado, liberando una sustancia que humecta el conducto. Conforme el numerito se repite en cenas, asados y un vernissage inolvidable, la garganta de Fairy, expuesta a las emisiones química del anfibio, alcanza un alto nivel de lubricación.

Su esposa lo abandona. Esto conduce al licenciado a un pico de exposición social. Repite su acto con el guante de un amigo. Se mete la mano en la boca y saluda con los dedos desde su nariz, pero el público pide una rana. La saca de una lata, deja que sola le salte a los labios, se los cierra en la cabeza y la absorbe. Por error, el viaje concluye en el estómago. La concurrencia se entrega a comentarios en torno al tracto digestivo de Fairy. Algunos sugieren purgantes, otros una visita a un médico de guardia. Otro compadece a la rana. Con la rana desovándole en las tripas, Fairy asiste a la destrucción de su vida social.

Esa misma noche vomita los huevos y se toma el trabajo de enviarlos en una probeta a su ex esposa por correo. Las manos de la mujer se vuelven viscosas apenas abre la probeta. A causa de esta afección, que resulta ser crónica, ya no puede tocar a nadie. En las ectografías de la Colección Solpe se las ve cubiertas por un banco de renacuajos en fulgor de 3 a 5 watts.

De:“Informe sobre ectoplasma animal” (2014)

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