CUENTO HINCHABLE
Soplar. Soplar con toda energía. Pero la goma no cede. Y el niño llora. Soplar y soplar más. Retener el aire en la boca. Intentar expulsarlo otra vez. Un gran esfuerzo. Una gran presión, en la mandíbula, en las sienes. Los oídos crujen, se estiran los párpados. Un último impulso, con todo el aire de los pulmones. El niño que sigue llorando, el aire que regresa de golpe, la cabeza que explota como un globo.
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