EN VÍSPERA DE UNA MESA REDONDA
Ropa que necesito el lunes y
llovizna como llovizna sólo un domingo que llovizna.
La chica del Laverap del barrio me explica los botones.
1. In use
2. Rinse
3. Spin
A los 25 minutos, se para sola.
Después pasa todo a secado.
Cuántas cosas veo en la ropa frente a la máquina.
Girando, girando, un sistema planetario descontrolado.
La angustia de un día en ese pullover claro.
El viejo jean arrodillado ante un hormiguero.
La remera que corre por las mañanas del verano.
Tu mano despojándome del slip amarillo.
Las nubes redondas de las camisas blancas.
El pantalón gris retorciendo sus manchas.
Todo girando, girando, girando.
En la mesa redonda me preguntarán
cómo nace un poema, la pureza del lenguaje, cuándo escribo.
Recordaré las indicaciones de la empleada del Laverap.
En especial esa esfera metálica que gira
y que al detenerse todo sale limpio, seco, perfumado.
Turbulenta, el agua desapareció como si nunca hubiera sido,
ni vestigios de sol, de viento, de cielo,
tan diferente de lo que ocurre en el alma,
los silencios, heridas, júbilos, empecinamientos
de una generación estafada pero que sigue empujando
mientras llovizna como llovizna sólo un domingo que llovizna.
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