BUSCA UN MEDIADOR
El amanecer desordena
las barbas del día,
sobresalta modorra de la nada
y hace piruetas;
entrecruza asombros
y en defensa propia
subasta relojes
empapados de elegías
e invoca lo invisible.
En esa visualidad
del idioma común
desarma carencias,
fabrica un nuevo reto
pero en la mitad del día
busca un mediador.
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