CUESTA ABAJO
Letra: Alfredo Le Pera
Música: Carlos Gardel
Año: 1934
Si arrastré por este mundo
la vergüenza de haber sido
y el dolor de ya no ser...
Bajo el ala del sombrero,
cuántas veces embozada
una lágrima asomada
yo no pude contener...
Si crucé por los caminos
como un paria que el Destino
se empeño en deshacer...
Si fui flojo, si fui ciego,
sólo quiero que comprendan
el valor que representa
el coraje de querer.
Era para mí la vida entera,
como un sol de primavera,
mi esperanza y mí pasión.
Sabía
que en el mundo no cabía
toda la humilde alegría
de mi pobre corazón.
Ahora,
cuesta abajo en mi rodada,
las ilusiones pasadas
yo no las puedo arrancar.
Sueño
con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverá.
Por seguir tras de su huella
yo bebí incansablemente
en mi copa de dolor,
pero nadie comprendía
que si todo yo lo daba
en cada vuelta dejaba
pedazos de corazón.
Ahora, triste en la pendiente,
solitario y ya vencido,
yo me quiero confesar.
¡Si aquella boca mentía
el amor que me ofrecía,
por aquellos ojos brujos
yo habría dado siempre más!
POR UNA CABEZA
Letra: Alfredo Le Pera
Música: Carlos Gardel
Año: 1935
Por una cabeza de un noble potrillo,
que justo en la raya afloja al llegar
y que al regresar parece decir;
-No olvidés, hermano, vos sabés no hay que jugar....
por una cabeza, metejón de un día
de aquella coqueta y burlona mujer,
que al jurar sonriendo el amor que está mintiendo,
quema en una hoguera todo mi querer.
¡Por una cabeza
todas las locuras...!
Su boca que besa
borra la tristeza,
calma la amargura...
¡Por una cabeza,
si ella me olvida,
qué importa perderme
mil veces la vida,
para qué vivir...!
¡Cuántos desengaños por una cabeza...!
Yo juré mil veces, no vuelvo a insistir;
pero si un mirar me hiere al pasar,
sus labios de fuego otra vez quiero besar,
¡Basta de carreras! ¡Se acabó la timba!
¡Un final reñido yo no vuelvo a ver!
Pero si algún pingo llega a ser fija el domingo,
yo me juego entero... ¡Que le voy a hacer!
EL DÍA QUE ME QUIERAS
Letra: Alfredo LePera
Música: Carlos Gardel
Año: 1935
Acaricia mi ensueño
el suave murmullo de tu suspirar,
como ríe la vida
si tus ojos negros me quieren mirar:
y si es mío el amparo
de tu risa leve, que es como un cantar....
ella aquieta mi herida,
todo, todo se olvida...
El día que me quieras
la rosa que engalana
se vestirá de fiesta
con su mejor color.
Al viento las campanas
dirán que ya eres mía,
y locas las fontanas
se contarán tu amor.
La noche que me quieras
desde el azul del cielo
las estrellas celosas
nos mirarán pasar,
y un rayo misterioso
hará nido en tu pelo,
luciérnaga curiosa
que verá que eres mi consuelo.
El día que me quieras
no habrá mas que armonías,
será clara la aurora
y alegre el manantial,
traerá quieta la brisa
rumor de melodías
y nos dirán las fuentes
su canto de cristal.
El día que me quieras
endulzará sus cuerdas
el pájaro cantor
florecerá la vida
no existirá el dolor.
VOLVER
Letra: Alfredo Le Pera
Música: Carlos Gardel
Año: 1934
Yo adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos
van marcando mi retorno.
Son las mismas que alumbraron
con sus pálidos reflejos
hondas horas de dolor.
Y aunque no quise el regreso,
siempre se vuelve al primer amor.
La quieta calle, donde un eco dijo:
"Tuya es su vida, tuyo es su querer",
bajo el burlón mirar de las estrellas
que con indiferencia hoy me ven volver....
Volver
con la frente marchita
las nieves del tiempo
platearon mi sien....
Sentir
que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada
errante en la sombra
te busca y te nombra...
Vivir
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo
que lloro otra vez.
Tengo miedo del encuentro
con el pasado que vuelve
a enfrentarse con mi vida;
tengo miedo de las noches
que, pobladas de recuerdos,
encadenen mi soñar....
¡Pero el viajero que huye
tarde o temprano detiene su andar!
Y aunque el olvido, que todo destruye,
haya matado mi vieja ilusión,
guardo escondida una esperanza humilde
que es toda la fortuna de mi corazón.
Volver
con la frente marchita
las nieves del tiempo
platearon mi sien....
Sentir
que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada
errante en la sombra
te busca y te nombra...
Vivir
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo
que lloro otra vez.
Fuente: www.elportaldeltango.com
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