LOS JUEGOS DE LA PLAYA
Una juventud huía alegre hacia los campos
de gracia.
Inútil hubiera sido corresponder a esa
hermosura sin intentar esa lascivia
con un agua encendida en las paredes
del alma,
con una veloz carrera de soldado hacia las
márgenes del mar.
Y un envilecimiento radiante del deseo.
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