Creada en la Ciudad de General Alvear, Provincia de Mendoza, en el año 1935.

viernes, 18 de julio de 2014

VIOLETA PARRA (Chile - San Carlos, Chillán, 1917 – Santiago, 1967)

CANCIONERO
(Selección)
 
VOLVER A LOS 17
(Sirilla-canción)
 
Volver a los diecisiete
después de vivir un siglo
es como descifrar signos
sin ser sabio competente,
volver a ser de repente
tan frágil como un segundo,
volver a sentir profundo
como un niño frente a Dios,
eso es lo que siento yo
en este instante fecundo.
Mi paso retrocedido
cuando el de ustedes avanza,
el arco de las alianzas
ha penetrado en mi nido,
con todo su colorido
se ha paseado por mis venas
y hasta la dura cadena
con que nos ata el destino
es como un diamante fino
que alumbra mi alma serena.
Lo que puede el sentimiento
no lo ha podido el saber,
ni el más claro proceder
ni el más ancho pensamiento,
todo lo cambia el momento
cual mago condescendiente,
nos aleja dulcemente
de rencores y violencias,
sólo el amor con su ciencia
nos vuelve tan inocentes.
El amor es torbellino 
de pureza original,
hasta el feroz animal
susurra su dulce trino,
detiene a los peregrinos,
libera a los prisioneros, 
el amor con sus esmeros
al viejo lo vuelve niño
y al malo sólo el cariño
lo vuelve puro y sincero.
De par en par la ventana
se abrió como por encanto,
entró el amor con su manto
como una tibia mañana,
al son de su bella diana
hizo brotar el jazmín,
volando cual serafín
al cielo le puso aretes
y mis años en diecisiete
los convirtió el querubín.

Estribillo

Se va enredando, enredando,
como en el muro la hiedra,
y va brotando, brotando,
como el musguito en la piedra.
Ay sí sí sí
aay sí sí sí.
 
 
COMO EL ROBLE EN EL VERANO
(Tonada)

Anoche bajó del cielo
el astro más reluciente,
el resplandor que traía
me iluminó de repente,
el resplandor que traía
me iluminó de repente.
Entre sus labios blanqueaban
como de nieve sus dientes,
cuando su dulce sonrisa
allí se me hizo presente,
cuando su dulce sonrisa
allí se me hizo presente.
Me saluda la frondosa
caricia de su mirada,
como luceros por miles
en mis sentidos entraban,
como luceros por miles
en mis sentidos entraban.
Me olvidé de los pesares
que en otro tiempo me dió
y recibo al veleidoso
con mi cariño mejor,
y recibo al veleidoso
con mi cariño mejor.
Cuando canta me parece
el más sabio entre los sabios,
su figura se agiganta
como el roble en el verano,
su figura se agiganta
como el roble en el verano.
 
 
VERSOS POR MATRIMONIO
(Décima)

Anoto en mi triste diario:
Restaurán El Tordo Azul;
allí conocí un gandul
de profesión ferroviario;
me jura por el rosario
casorio y amor eterno;
me lleva muy dulce y tierno
atá con una libreta
y condenó a la Violeta
por diez años de infierno.
Lo vi por primera vez
en una gran maquinaria
por la línea ferroviaria
de Yungay a la Alameda,
con una chaqueta nueva
de cuero, por la ventana;
talán, talán, la campana
retumba en mi corazón
por el joven conductor
que me hace mil musarañas.
Yo le pregunto contrita
que me dijera su oficio
él me responde malicio
que él es un gran maquinista;
le creo a primera vista
l´entrego mi corazón
y me ha mentido el bribón
según más tarde un amigo
diciéndome: tu marí´o
es un vulgar limpia´or.
Montá en el macho no que´a
otra cosa que amansarlo
pero el indino al notarlo
me armó la feroz pelea;
se cura, se zarandea
con unos tales barrancos,
de farra con unos pacos
llegaba de amanecía;
sufriendo de noche y día
pasé las de Quico y Caco.
A los diez años cumplí´os
por fin se corta la güincha,
tres vueltas daba la cincha
al pobre esqueleto mío
y pa´salvar el sintí´o
volví a tomar la guitarra;
con fuerza, Violeta Parra,
y al hombro con dos chiquillos
se fue para Maitencillo
a cortarse las amarras.

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